julio 14, 2009

La Triste Vida De La Dama Gato

Photobucket

Sophie nació una calurosa noche de junio, Ellie llegó sólo unos segundos después, si bien no eran gemelas las dos compartían algo que las asemejaba, la mirada coqueta de mamá. Fueron concebidas en un lúgubre rincón oscuro, pero eso nada importaba ya que su vista no se había desarrollado, pero el sentimiento de estar vivas las hacía aferrarse con fuerza al pecho de mamá. Pasaron cuatro días o tal vez ocho noches y, aun sin poder distinguir, empezaban a gatear, siguiendo los ecos de los llantos de la otra, lo que siempre lograba que mamá llegara a cuidarlas, limpiarlas y alimentarlas.

Cuando abrieron los ojos nació su curiosidad y con ella su instinto por conocer más allá de ese rincón oscuro el cual semejaba a un ropero, o al menos por lo estrecho y el olor a madera es lo que se podría pensar. Al salir a la luz sólo pudieron ser testigos de que la Reyna había exigido su muerte a lo que mamá llorando e implorando sólo logró que la Reyna cambiara su decisión: el exilio. ¿Será que dos pequeñas hermanas podrían vivir fuera de casa? ó ¿sólo las mandaban a vivir su muerte en vida?

Eran las horas de la madrugada cuando Sophie y Ellie fueron arrebatadas del regazo de mamá y, ellas, con miedo e incertidumbre, fueron arrojadas lejos de casa. No podría decir quien tuvo mejor suerte y aunque ellas terminaron divididas por dos muros y un rio, lo único que ahora las podía unir era el llanto amargo y agudo de ambas pidiendo, implorando, suplicando por su madre que ahora lejos de ellas nada podía hacer.

En el bosque al Este del rio, Ellie fue perseguida por lobos blancos que la confundieron con un invasor de sus tierras y escondida bajo unas piedras logro pasar la noche. Cuando el sol logró asomarse, para su asombro un gigante de voz estruendosa se acercaba, ella no podía comprender su lenguaje pero si sentía el temor y de querer abrazar a su mamá sólo lograba balbucear ¿Por qué? El gigante, y ella sin comprender, le dejaba comida, extraño sabor familiar y a la vez nuevo, no un manjar pero si calmaba el deseo.

Pasaron tres lunas, o es lo que pude contar, pero al llegar el sol, otro gigante la encontró, no tan cálido como el primero más bien áspero y un tanto grosero, la tomo como posesión y Ellie no pudo escapar, utilizó uñas y dientes como mamá le hubiera enseñado de haber podido pero la fuerza del gigante era tal que Ellie al final cedió. De haber confiado en el de la voz áspera su destino habría sido mejor pero éste que por la fuerza tomó únicamente la arrojó a un lugar peor donde no sé si sus ojos aún reflejen la mirada coqueta de mamá pero sé que su sufrimiento fue mayor.

Sophie no corrió con suerte mejor, ya que en la montaña al Oeste del rio otro ser la pudo acoger, por unos instantes le dio seguridad, un poco de calor, no como mamá pero era seguro que el dolor disminuyó, cruel destino que le preparaba la vida, porque aunque fue con un trato mejor de igual modo la dejaron abandonada, no en bosque, no en selva, en una calle donde un carro el final de su vida marcó, y antes de cerrar por última vez esos ojitos que recordaban la mirada, ahora triste, de mamá, con su frágil aliento sólo pudo sollozar ¿Por qué?.

Continuar leyendo...

julio 13, 2009

Sobre el césped podado ...

Cuando pensé que ya todo lo había probado llegué a un terreno virgen ... desconocido, lleno de mitos y miedos, territorio peligroso.

Sí ... aunque usted no lo crea a mi edad y en mi condición de mujer gustosa del sexo, del coqueteo permanente y la ropa interior de encaje pues noooo nunca he probado la depilación con cera.
Sí, lo sé, quizá soy heredera de un pasado de arquetipos femeninos donde los vellos cubrían cierta función o no habían sido eliminados del cuerpo en el paso de la evolución por alguna razón que Darwin no dejó muy clara pero que era lo clara suficiente como para las abuelas y madres de generaciones anteriores.

Mi generación usa píldora del día siguiente, tiene maestría, puestos de alto nivel, son dueñas de su cuerpo y de su vida, de su destino, y aún así, me ha costado un terrible trabajo de investigación poder saber a que me enfrentaré en mi próxima cita en el spa.

Muero de miedo, de nervios. Mi tolerancia para el dolor es verdaderamente mínima, nada, todo me duele por vieja, por dormir, por caminar, machucarme un dedo, pincharme con una aguja, todo me duele, lo único que soporto es el dolor de los tacones de 12 centímetros o de un maratón de sexo ... son los únicos dolores que resisto, pero no dejan de doler.

Me preparo psicológicamente, veo videos, leo artículos, examino ¨diseños¨ para poder elegir el que vaya mejor con mi ¨personalidad¨. La verdad es que ni el ¨mohawk¨ ni el ¨corazón¨ ni la ¨pista de aterrizaje¨ me animan, creo que aprovecharé el gran paso de estar en aquella mesa con aquella desconocida enseñándole lo que sólo enseño por placer y no por obligación para evitar elegir de un menú de diseños y aventarme a que lo quiten todo, que me desnuden completa y eliminen todo de mí.

No quiero la ¨light¨, no quiero que me deje nada, y usted no haga ruido, no me hable bonito, no intente bromear que esto es asunto serio y que en esta posición trataré de ser lo más seria posible pese a mi bochorno y pudor irremediable.

Mi generación la de la liberación femenina, la de mujeres dueñas de su destino, amazonas, matriarcas ... y que pagan por 30 minutos de dolor extremo por la vanidad más íntima. Irónico lo sé, pero irremediable.

Todo sea por estrenar un conjunto nuevo de La Perla y dejarlo en silencio cuando me despoje de él... bienvenido a la nada, al desierto, piérdete en mí.

Continuar leyendo...

julio 07, 2009

Soy ...

Soy atea por convicción, enamoradiza por naturaleza, ebria por necesidad y ninfómana por gusto.

Me gustan las rosas y que me digan te amo, hacer el amor a todas horas pero de preferencia en la madrugada, el sexo rudo y los besos tiernos en la frente. Disfruto el vino tinto, tanto el barato como el caro, pago lo que sea por un buen par de zapatos y una comida que produzca orgasmo. Le tengo miedo a ser vieja y a las serpientes. Tengo gusto por los hombres de cabeza inquieta, corazón temeroso y pasión desbordada. Padezco asma, insomnio y enamoramientos crónicos.

Leo tanto como puedo, lloro con las películas, los paisajes, los momentos que me roban el aliento, un edificio conmovedor, en las despedidas y en las bienvenidas.

Mis convicciones son más firmes, mis traumas más llevaderos, mis fantasmas mejores amigos y mis culpas un poco más ligeras ... esto de la madurez me va llegando poco a poco pero sabe bien.

La claridad y la verdad siempre son mejores a la oscuridad o la negación.

Continuar leyendo...

julio 06, 2009

La Pieza Faltante



No sé cuantas horas pasaron desde que decidí irme a dormir, tras mil vueltas llegué a la conclusión de que sería una de esas noches largas en que la cama parece un rompecabezas y por más que adoptes cualquier posición no terminas de encajar en ella.

¿Pero que me impedía conciliar el sueño? Aún sin tener una vaga idea sabía que algo faltaba y que mi subconsciente no estaba dispuesto a seguir callándolo. Fue entonces que hice una lista rápida de cosas en mi vida, y todas las cosas importantes estaban en ella; familia, amigos, trabajo, salud, mascotas… y fue ahí cuando caí en cuenta de que era lo que faltaba en mi lista y entendí que la palabra que mi mente quería formar era “relación”.

Lo que no logro comprender es el por qué de su necesidad, aún cuando parece que lo tenemos todo siempre hay algo que nos impide disfrutar la plenitud, entonces ¿es realmente necesidad ó sólo nunca estamos conformes con lo que tenemos? Parece que siempre hay una pieza suelta que nos hace ver el panorama completo y acabado, y si ya está terminado, ¿no hay más por ver? Eso me hace pensar que quizá la mente nos ayuda inconformándose por cualquier detalle para que siempre tengamos un motivo por el cual luchar o vivir.

A lo largo de nuestras vidas siempre soñamos con tener muchas cosas, algunas ideas se conservan y otras se transforman, pero creo que en mi caso hay una que siempre se ha mantenido constante y aún cuando presumía de haberlo vivido todo, las relaciones raramente se viven de igual manera. Y si hoy me siento agradecido por todo lo que se me ha otorgado ¿Por qué sin un nombre no puedo asumir la felicidad absoluta?

No sé si nacemos con el instinto de formar pareja, lo que sí sé es que desde pequeños nos venden la idea tan maravillosamente que la creemos y la seguimos cual fiel doctrina; si no tienes pareja no entras en el arca, solteros de un lado y casados del otro, el príncipe que llega a rescatarte de un antro de mala muerte, después de todo ¿quién no quiere vivir por siempre féliz?

Me cuento entre los ingenuos que vamos por la vida en la espera de alguien que por fin llene nuestras expectativas, cumpla nuestros sueños ó, en algunos casos, de rienda suelta al más bajo de nuestros instintos, pero ¿Por qué basar nuestra felicidad en la aparición de un ser que tal vez no exista?

Está a punto de amanecer y ya mis ojos se quieren cerrar, no puedo decir que toda esta charla me llevó a alguna conclusión pero al menos espero que estas pocas horas de sueño que me queden me lleven a un lugar donde un ser me saque de lo complicado y me lleve al punto de una buena relación, lo que al menos me hará sonreír y para mi ya es el indicio de que el mañana será mejor.

Continuar leyendo...