mayo 31, 2009

Mientras dormía...



En éste sueño no tengo miedo a enamorarme...
no tengo miedo a entregarme...

de caer y destrozarme...
a morir u olvidarme...

en éste sueño sólo tengo miedo a despertarme.



MaRiuS

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mayo 28, 2009

Mañana...



Hoy… como ayer, ayer… como hoy
nada es igual y no veo algo diferente
el cuándo y el porqué son dos constantes
el nunca y para siempre son mis variables…
tal vez hoy, quizá mañana, probablemente nunca, algún día…
algún día tendré el valor de confesarme
por hoy lo único que puedo decirte…
ayer aquí… como hoy, hoy aquí… como ayer
y mañana…
…mañana será otro día.

Psykhe 03.04.00

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mayo 27, 2009

Nakinagara



Mientras lloraba... Llovía.

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mayo 26, 2009


Con una hoja en blanco y una pluma verde quiero escribir una oración, no una frase larga pero si una que logre describir lo que estoy pensando y aunque rara vez lo que pienso se asemeja a lo que siento ésta vez tengo el presentimiento de que mis letras quieren formar palabras que mueren por convertirse en oración, no una frase larga pero si una expresión que ésta vez queda en el intento y es el único recuerdo de ésta pluma verde y ésta triste hoja en blanco.


MaRiuS

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mayo 24, 2009

Feelin' Good



Si bien es cierto que algunas veces nos cuesta tanto despertar, las recompensas de hacerlo son muchas, como sentir la brisa, escuchar tu canción favorita, acariciar a tus perros, escuchar a tu madre, poder salir con tus amigos o simplemente quedarte en casa viendo otro capitulo de Sex and the city, imaginando que al final tu también puedes tener tu final feliz...

Sin ser princesa ni siendo caballero, pero aun así, cada día es un capitulo de tu historia que se va contando con cada segundo que vives desde que decides despertar, y sólo por eso hay que sentirse bien.

Marius.

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¡Ah, París!


Ternes, originalmente cargada por Yörch.


París. ¡Ah París! La mítica y siempre anhelada Ciudad Luz.

Si París fuera una mujer, seguramente sería una señora de sesenta años de aún muy buen ver y expertísima en las artes del maquilla y buen vestir. Y es que si algo ha aprendido esta señora París, es verse siempre perfecta a pesar de sus años y sus defectos.

Y es que París es una señora gruñona, altiva y arisca. Si no le hablas en francés te pondrá mala cara; para ella no hay más lengua que la propia.

París tiene los dientes chuecos y manchados por el tabaco... ¡Fuma mucho! Probablemente hasta muera de enfisema pulmonar. Pero ella es feliz con su cigarro y tirando las colillas en la calle. Bebe vino y come bien disfrutando de cada bocado como abstrayendo el sabor de cada uno de los ingredientes y pintándo un cuadro con los colores que le evocan.

París es un mito viviente. Todos saben donde vive pero pocos pueden visitarla. Es buena anfitriona los primeros días pero con el tiempo mostrara su duro carácter. Puede ser porque a lo largo de estos años a alojado a los hijos bastardos de sus múltiples amantes que por momentos la sacan de quicio.

París, ¡ah París! A pesar de sus defectos siempre te cautiva con sus aires imponentes, su imagen glamorosa y sus toques de bohemia. París, ¡ah París!

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mayo 21, 2009

Jours d'indiference

Jours d'indiference
sentiments disconnus
deception du sens
de l'amour disparu;
quelle façon de dire
adieu a ta force
parce-que je tire...

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mayo 20, 2009

Solo por hoy por Marius

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mayo 18, 2009

Llamada perdida



Son las 10.45 de la noche. Veo plácidamente el noticiero de López Dóriga y ya no sé si lo hago para enterarme de las sucesos diarios del país o para amargarme la vida. ¡Ah como son fatalistas lo medios hoy en día!

De repente, un ruido. Esa abstracción de mi mente en la televisión hace parecer que es un ruido distante hasta que regreso de la amagura de las notas. Reconozco el titiri ri ri de mi celular. Éste está en otra habitación por lo que corro despavoridamente a contestarlo. Si hay algo que detesto en la vida después del amarillismo televisivo es sin duda, perder una llamada.

Llego por supuesto después de darme un golpe en la espinilla contra la cama. ¡Ah como duelen esos golpes... Pero seguimos teniendo camas con esquinas! Me aguanto el dolor y cuando estoy a punto de tomar el celular de mi buró, deja de sonar. En ese momento los sentimientos de cólera y frustración comienzan a subirme a la cabeza como pasando en velocidad incluso al dolor del golpe. Paniqueado, tomo el celular y veo ese terrible mensaje: "1 llamada perdida".

Y es que odio las llamadas perdidas porque odio la incertidumbre. Veo el número y no lo tengo registrado. ¡Vaya! Ni siquiera es un número de la ciudad. Con esto mi mente empieza a volary llegan los odiados "si hubiera": Si hubiera contestado el celular sabría quien llamó... Si hubiera tenido el celular a la mano no me hubiera pasado esto... Si hubiera escogido otra cama no tendría este jodido moretón...

Quien llamó no lo sé. Intenté regresar la llamada y nadie nunca contestó. Mil personas pasaron por mi mente. Eso me llevó a pensar cuántas "llamadas perdidas" hubieron en mi vida. Esas experiencias que no se viven simplemente por no estar ahí. Pero por el contrario, no somos Dios para estar en todos lados. Y si lo fuéramos sería bastante aburrido porque siempre estaríamos en todo sin perdernos de nada. Y si no nos perdemos de nada la imaginación no vuela, como con una llamada perdida.

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