mayo 24, 2009

¡Ah, París!


Ternes, originalmente cargada por Yörch.


París. ¡Ah París! La mítica y siempre anhelada Ciudad Luz.

Si París fuera una mujer, seguramente sería una señora de sesenta años de aún muy buen ver y expertísima en las artes del maquilla y buen vestir. Y es que si algo ha aprendido esta señora París, es verse siempre perfecta a pesar de sus años y sus defectos.

Y es que París es una señora gruñona, altiva y arisca. Si no le hablas en francés te pondrá mala cara; para ella no hay más lengua que la propia.

París tiene los dientes chuecos y manchados por el tabaco... ¡Fuma mucho! Probablemente hasta muera de enfisema pulmonar. Pero ella es feliz con su cigarro y tirando las colillas en la calle. Bebe vino y come bien disfrutando de cada bocado como abstrayendo el sabor de cada uno de los ingredientes y pintándo un cuadro con los colores que le evocan.

París es un mito viviente. Todos saben donde vive pero pocos pueden visitarla. Es buena anfitriona los primeros días pero con el tiempo mostrara su duro carácter. Puede ser porque a lo largo de estos años a alojado a los hijos bastardos de sus múltiples amantes que por momentos la sacan de quicio.

París, ¡ah París! A pesar de sus defectos siempre te cautiva con sus aires imponentes, su imagen glamorosa y sus toques de bohemia. París, ¡ah París!

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